martes, 25 de junio de 2013

La meditada torpeza de Wert y las notas de Rajoy, Aznar...

http://es.noticias.yahoo.com/blogs/episodios-nacionales/la-meditada-torpeza-wert-105345243.html

http://www.eldiario.es/sociedad/Wert-universitario-estudios-deberia-estudiando_0_146635417.html

Después de leer estos dos artículos podemos observar las notas de algunos de los que nos gobiernan... a ver si a ellos les quitan del gobierno por no llegar a la nota que exigen...

Rajoy no tendría ni beca ni tampoco debería tener una carrera...


Aznar, según el artículo no tendría ni beca ni debería tener una carrera...


Aguirre afirma que ella abandonó las Ciencias porque tenía una profesora "mala". Y yo me pregunto, ¿no será mala ella? Mala persona por seguir hundiendo al profesorado con sus palabras y mala en ciencias por no superar la asignatura. Hay gente que no se da cuenta que para ciertas cosas no sirven y en vez de verlo critican o hechan la culpa a los demás de sus propias carencias. Torpe.

sábado, 22 de junio de 2013

Llega la movilidad laboral de los Funcionarios, casi como en las empresas privadas

Por favor, hay que distinguir entre Funcionario de carrera por oposición y los empleados públicos que son elegidos a dedo y que son mandados por cargos públicos de los partidillos estos que tenemos... NO SON FUNCIONARIOS.

http://es.finance.yahoo.com/blogs/finlaotracaradelamoneda/llega-la-movilidad-laboral-para-los-funcionarios-casi-104410144.html

domingo, 16 de junio de 2013

Indignante: Sistema de Reforma de las pensiones.

http://noticias.lainformacion.com/espana/el-experto-que-voto-en-contra-del-informe-de-pensiones-el-gobierno-lo-tenia-todo-organizado-de-antemano_So9sVd3XYjWxSkER51U4X4/

Wert se plantea erradicar el acento andaluz


El ministro de Cultura y Educación, José Ignacio Wert, se propone ahora acometer un ambicioso plan para corregir la dicción de todos los alumnos andaluces, desde preescolar hasta la universidad. “Destrozan el plural comiéndose las eses y dan una imagen poco seria del español”, ha declarado el ministro. “Oyes hablar a un catedrático andaluz y no te lo crees”, añadió su secretario. El proyecto, que cuenta con el apoyo de Tele 5, durará dos años y supondrá un esfuerzo logístico sin precedentes en la historia moderna de España.

Para leer el articulo de Toni García 11 octubre 2012 en rokanbol.com seguir el enlace aqui debajo.

http://www.wikiblues.net/wert-se-plantea-erradicar-el-acento-andaluz-cuatro-millones-de-alumnos-andaluces-ser%C3%A1n

(Hago una aclaración, es una página de broma, coña o como lo queráis decir... no hay que preocuparse por ahora. Rokambol es un periódico digital que pulica artículos de broma.) 

Reportaje en la Sexta sobre Educación.

 Este reportaje salió en la Sexta el pasado viernes.

No os perdáis este programa donde se analizan los recortes en educación y las consecuencias de la LOMCE más allá de la nimiedad de la asignatura de religión. Los medios de comunicación nos venden que el meollo del conflicto en torno a la LOMCE es la asignatura de Religión vs. Educación para la ciudadanía, pero no es cierto. Lo que más nos preocupa a quienes luchamos por la paralización de esta ley no es precisamente eso. Esta ley trae mucho más. Pasen y vean.

http://www.lasexta.com/videos/sexta-columna/2013-junio-14-2013061400043.html


viernes, 7 de junio de 2013

Magnífico y emocionante artículo: "Una puta mierda"

http://www.meneame.net/story/una-puta-mierda

Respuesta al Comunicado de Adide por las presiones al profesorado.

Hace más de un mes, ADIDE hizo un comunicado por las "continuas quejas de profesorado y sindicatos" ante las "presiones" que está recibiendo el profesorado, por parte de inspectores, para que que haya un mínimo del 50% del alumnado aprobado.
Aquí publico la respuesta a este comunicado de Adide y, justo debajo, he publicado de nuevo el Comunicado de Adide para que lo recordéis.

RESPUESTA AL COMUNICADO DE ADIDE


INSPECCIÓN A LA INSPECCIÓN

             La Junta Directiva de ADIDE anda molesta por las críticas que han recibido las últimas actuaciones de inspectores en sus visitas a los centros educativos. Por ello ha decidido publicar una nota de prensa, que está dirigida a la opinión pública en general y, “muy especialmente”, al profesorado. Y he aquí el primer sobresalto, pues los hechos objeto de controversia son bien conocidos (y padecidos) por el estamento docente. ¿Para qué entonces dirigirse a él? De acuerdo con el tono del documento -sobre todo, el último párrafo-, la interpretación más plausible no tiene nada que ver con intenciones comunicativas o dialógicas sino estrictamente conminatorias. Lo analizamos infra.Who watches...
ADIDE manifiesta que sus actuaciones “se ajustan a los criterios y procedimientos descritos en el Plan de Actuación de la Inspección de Educación”. En realidad, las voces críticas que se han alzado contra la inspección dan esto por supuesto: nadie piensa que los inspectores actúen por propia iniciativa, ojalá fuera así. El cuestionamiento es más profundo y afecta al propio modelo. Si hay un grado mayor de ánimo réprobo hacia los inspectores es únicamente porque constituyen el eslabón de la cadena que está en contacto directo con el docente.
A continuación, el comunicado nos habla de la necesidad de analizar los resultados de manera “colectiva y colaborativa” entre todos los sectores implicados. Salvo en el estilo, no podemos estar más de acuerdo. El problema es que esa reflexión “colectiva y colaborativa” tiene fijadas de antemano las conclusiones. La Consejería impone, como en el chiste del borracho, buscar las llaves donde hay más luz (para ella) y los inspectores afanosamente velan y desvelan para que los profesores escudriñen sólo bajo las faldas homologadas (por la AGAEVE, por ejemplo). Pero siempre hay docentes que aman su profesión o sencillamente el trabajo bien hecho, y se resisten: quieren decir la verdad, vaya por Dios. Tal como ese testigo, en época de caudillo, que fue llamado a declarar en el proceso contra Julián Marías. Comoquiera que sus palabras eran de inconveniente encomio hacia el acusado, el juez le recriminó: “Oiga, le recuerdo que usted ha sido llamado como testigo de cargo”, a lo que contestó con inocente arrojo: “Ah, yo creía que se me había llamado para decir la verdad”. Algo así le pasa al docente de hoy que no ha renunciado a serlo de manera cabal. “Oiga, le recuerdo que usted está aquí para mejorar los rendimientos escolares”. “Ah, yo creía que estaba aquí para enseñar y decir la verdad sobre los aprendizajes alcanzados”. Pues eso.
Pero hoy en día está feo censurar a alguien por sus ideas o por la praxis derivada de ella (la libertad de cátedra, no se olvide, es derecho constitucional). Los métodos de `normalización´ han de ser más sutiles. Uno de ellos aparece en el documento de los inspectores: la abrumadora burocracia que recae sobre el profesorado que presenta el peor de los síndromes: suspender al que no sabe.
Volvamos inmediadamente a las palabras de los inspectores: “La solicitud de informes al profesorado y a los Centros en ningún caso constituye una medida de presión como se ha manifestado por algún colectivo sindical y ha sido recogido en distintos medios de comunicación, sino que forma parte del trabajo habitual de la Inspección de Educación”. Que forme parte del trabajo habitual, eso es seguro; que no suponga una medida de presión, evidentemente no. ¿Qué conexión oculta puede haber, si no, entre resultados académicos y solicitudes como la realización de un inventario del departamento o las instrucciones prolijísimas acerca de cómo rellenar el libro de actas (por parte, además, de quienes rarísima vez dan una instrucción por escrito)?, ¿de dónde sacar tiempo para realizar programaciones de aula (con 20 horas lectivas) o para los interminables seguimientos individualizados? Tal ánimo de exhaustividad documental nos recuerda a aquel Imperio borgiano donde el mapa coincidía exactamente con su geografía física. No serían suficientes las 37´5 horas semanales, ni el doble, para dar cumplida cuenta a estas pesadillas oficinescas; porque, en realidad, no se ordenan para que se lleven a cabo sino que su finalidad es bien otra: servir de viagra curricular para que el profesor empine sus notas. Por eso, y he aquí lo verdaderamente revelador, sólo se prescriben al profesor que suspende.
Continúa el comunicado: “Es un ejercicio saludable que, como funcionarios públicos, expliquemos a los principales usuarios de los centros educativos, a las familias y a la sociedad en general, la razón de ser de los resultados escolares que obtenemos, sobre todo si éstos se desvían, de forma evidente, de las medias local, provincial y regional (e incluso de las de los centros con un índice socioeconómico similar)”. Sin duda, es ejercicio saludable (al igual que repasar las normas de la Real Academia de la Lengua sobre la tilde diacrítica). Lo negativo es pretender el monopolio de las explicaciones y exigir luego, además, unanimidad a fortiori. El profesorado también es funcionario público, precisamente el único que está en contacto directo con los alumnos. Quizás tenga algo interesante que decir al respecto de dónde se hallan las causas de los malos resultados.
Lo de las medias estadísticas se ha constituido en una suerte de furor, muy a tono con el `amor censual´ que por las cumbres torretrianeras gusta de se practicar. También es de sobras conocido cuál es el tremendo liguero para tanta media: el incremento de las cifras del éxito escolar. A tal punto que una de las iniciativas más originales de la inspección ha sido establecer en los centros “porcentajes de conformidad”. Lo explicamos: el profesor cuyo porcentaje de suspensos se desvíe un 15% de la media del resto de asignaturas (incluyendo la religión y las marías laicas) deberá tomársele declaración. Por tanto, se decreta que todos los centros han de estar en la misma media, como si los evaluados en vez de sujetos fueran  melones (vaya, acaso debimos elegir otro ejemplo). A nosotros, hemos de reconocer, que más que el tema de los tantos por ciento nos preocupa el de los tontos por cientos que el sistema fabrica sin desmayo (“borriquitos con chándal”, según la sagaz y condensada fórmula de Sánchez Ferlosio), pero, claro, nosotros somos simples profesores de a pie y no esclarecidos inspectores o expertos en evaluación. Ahora bien, en esta gran epifenomenía del igualitarismo mediano (y del peritaje según el mismo ras cero) sobrevive y cómo la regla de que unos sigan siendo “más iguales” que otros: los centros han de estar en la media según el índice socioeconómico (ISC) que les corresponde. Una declaración así, que supone el reconocimiento de que los más pobres deben aprender menos, en otra época más despejada de hipnotismos pedagógicos, hubiera constituido un escándalo mayor de clasismo; sin embargo, pasa ahora por el non plus ultra de enseñanza democrática. Vivir para ver (y para aprobar).
Extraordinariamente significativo (aunque nada sorprendente) es que, en ningún momento, el documento se refiera a la mejora de los conocimientos (o competencias) sino únicamente de los resultados. Y uno comprende que el político desee siempre el mejor escaparate, estadísticas recién peinaditas y bien perfumadas, pero precisamente la razón de ser de los “funcionarios públicos” es, en gran medida, servir de freno a estas pretensiones pro doma sua, ya que tienen la obligación legal de actuar según criterios exclusivamente técnicos al servicio del interés general. Esto es justo lo que necesita la educación: labor callada, a largo plazo y en la dirección correcta.
Y, sin rodeos, uno de los problemas más serios de la educación actual es precisamente la pérdida de este horizonte público en la inspección educativa, que funciona cada vez menos según criterios profesionales y cada vez más según la lógica de cargos de libre designación (fidelidad incondicional al que manda), por tanto sensible a directrices que van más allá (o más acá) de su estricto cometido profesional. Aquí está el núcleo de la queja del profesorado: la percepción del inspector como una avanzadilla del dominio ilegítimo que sobre la enseñanza anhelan los dirigentes políticos. Atendamos a lo que dice sobre esta cuestión un inspector jubilado hace poco, José Luis Luceño: «El gobierno andaluz ha multiplicado por tres el número de inspectores educativos en la última década a base de inflar la nómina con profesores en comisión de servicio, afines al partido, que han ingresado en el cuerpo por cooptación. Y después de triplicar su número, los ha enterrado en papeles y burocracia inútil a la vez que vaciaba de contenido sus funciones, delegando cuestiones tan importantes como la evaluación en una administración paralela».
Y claro que visitan “muchas aulas”, pero únicamente las de aquellos docentes que suspenden más de lo “reglamentario” (a veces, por cierto, poniéndolos en evidencia delante de sus propios alumnos). ¿Por qué se concede, en cambio, inmediata presunción de buenadocencia al que aprueba mucho o todo? Puesto que el docente que suspende, a fin de cuentas envía a sus alumnos el mensaje de que deben estudiar más, ¿no debería la inspección centrarse más bien en el club de los que aprueban al por mayor cuyos alumnos, sin embargo, naufragan del todo en el piélago de la ignorancia?, ¿quién hace más daño a la sociedad? Un médico que te prescribe muchas pruebas puede resultar enojoso pero es, sin duda, preferible al que te da el alta cuando estás gravemente enfermo.
Una breve digresión ahora para detenernos en un síndrome transversal a profesiones, países y culturas: quien ofrece un acatamiento acrítico y pasivo a las directrices de arriba actúa luego de manera despótica con los de abajo. Y esto se observa especialmente bien en los “mandos medios”: inspectores y directores. Por eso es tan interesante que no se tomen como ofensas personales las críticas y juicios desfavorables a su labor, e incluso que valoren en ellos una oportunidad de salir de la lógica de la opresión (bien hacia arriba o hacia abajo). Les puede ayudar mucho en esta tarea autodesmitificadora y profiláctica contra el sentimiento de sentirse importantes tener presente que en un sistema educativo tan envidiadísimo como el de Finlandia, ¡no existen inspectores! (por el contrario, no tenemos todavía noticias de un sistema educativo sin profesores; quizás en la próxima modernización cejijunta).
Y nos acercamos al final. Se dice que un escrito ha de tener un colofón contundente. El de ADIDE lo tiene, aunque de manera heterodoxa. Dice exactamente así: “Por ello, denunciamos por cobardes, inapropiadas, injustas y demagógicas las descalificaciones genéricas que de la actuación de la Inspección de Educación de Andalucía se hacen desde estas organizaciones y que, en algunos casos, podrían ser constitutivas de delito por lo que esta Asociación, si procediera, emprenderá las acciones legales oportunas”.
La acusación es, en primer lugar, paradójica, pues acusan de cobardes a quienes no se menciona (“algún colectivo sindical”, se indica laxamente). ¿No hubiera sido más valiente dar nombres concretos? Tampoco se citan sus posibles delitos (¿de qué “descalificaciones genéricas” se trata?), nada menos que susceptibles de pena de cárcel. En esto son imitadores, seguramente involuntarios, del gran Gila y su método infalible para cazar a Jack el Destripador: “aquí hay alguien que se mete mucho con los inspectores, ¿eh?…”. Todo el documento gira, pues, en torno a una cuestión de fe. El comunicado no puede ser, por tanto, más vacío para la opinión pública. Para el profesorado es diferente: una suerte de advertencia general, en esa línea tan hispánica del cuidadito-con-nosotros y el usted-no-sabe-con-quién-está-hablando. O sea, el tono de quien está acostumbrado a mandar y a que le obedezcan. De esta manera prodigiosa el comunicado viene a confirmar exactamente lo mismo que pretendía desmentir.
Terminamos con un poco de humor, que suele ser buen antídoto cuando la prosopopeya impera. Un europeo pregunta a un profesor andaluz: “¿Qué tal la educación en Andalucía?” y este le responde: “Pues… no nos podemos quejar”. Y el otro: “Ah, entonces, ¿la educación andaluza goza de buena salud?”. “No, no, es que no nos podemos quejar.”
La Directiva ADIDE reconocía al principio como destinatarios de su nota a la opinión pública y al profesorado. Ante la primera, declara dulzonamente que los docentes no se pueden quejar; a los segundos, les requiere amenazante: ¡no os podéis quejar! Por ello quizás vaya siendo hora de recuperar la vieja sabiduría libertaria: las libertades ni se suplican ni se exigen, sencillamente se toman.




Este es el comunicado que hizo ADIDE y que ya publiqué en su día en este blog:

COMUNICADO DE LA JUNTA DIRECTIVA. Ante la publicación de diversos documentos en la página web de algunas organizaciones sindicales, relacionados con la Inspección Educativa, la Junta Directiva de la Asociación de Inspectores de Educación (ADIDE) de Andalucía quiere hacer constar, ante la opinión pública en general y, muy especialmente, ante el profesorado, lo siguiente:
  1. Las actuaciones que llevamos a cabo los integrantes de los distintos Servicios Provinciales de Inspección de la Comunidad Autónoma Andaluza, se ajustan a los criterios y procedimientos descritos en el Plan de Actuación de la Inspección de Educación que deriva de lo establecido en la normativa vigente (concretamente de la Orden de 14 de marzo de 2012, por la que se aprueba el Plan General de Actuación de la Inspección Educativa de Andalucía para el período 2012/2016 y de la Resolución, de 29 de agosto de 2012, de la Viceconsejería por la que se aprueban las instrucciones para el desarrollo del Plan General de Actuación de la Inspección Educativa de Andalucía en el curso escolar 2012-2013) y que regula el mencionado Plan. En dicha planificación se define una actuación, que se viene realizando desde hace varios años, de análisis de resultados académicos, en el marco de las atribuciones que por Ley tiene asignadas la Inspección Educativa.
  2. El análisis de los resultados obtenidos por el alumnado andaluz es una responsabilidad y una obligación para todos los profesionales que trabajamos en el campo de la educación; siempre tiene una finalidad formativa para que contribuya a la mejora de los procesos de enseñanza y de aprendizaje, incluidas las prácticas docentes. Este análisis es una oportunidad para la reflexión colectiva y colaborativa, para el debate profesional en el seno de los Equipos Docentes, de los Órganos de Coordinación Docente y de los Claustros de los Centros, pretendiendo así contribuir a la mejora de los logros de nuestros escolares.
  3. La solicitud de informes al profesorado y a los Centros en ningún caso constituye una medida de presión como se ha manifestado por algún colectivo sindical y ha sido recogido en distintos medios de comunicación, sino que forma parte del trabajo habitual de la Inspección de Educación, en el desarrollo de sus funciones de supervisión y asesoramiento de los procesos educativos, siempre utilizando los cauces y procedimientos reglamentarios. Es un ejercicio saludable que, como funcionarios públicos, expliquemos a los principales usuarios de los centros educativos, a las familias y a la sociedad en general, la razón de ser de los resultados escolares que obtenemos, sobre todo si éstos se desvían, de forma evidente, de las medias local, provincial y regional (e incluso de las de los centros con un índice socioeconómico similar). No sólo no es inadecuado que se produzcan este tipo de procesos informativos en el ámbito de lo público sino que además deben de formar parte de nuestras prácticas habituales reforzando y consolidando de esta forma la enseñanza pública y la democracia participativa.
  4. El modelo de intervención de la Inspección Educativa en Andalucía, dirigido a la mejora de los procesos de enseñanza, de los resultados del aprendizaje y de la organización y el funcionamiento de las instituciones escolares, centra las principales actuaciones de aquella en los centros y en las aulas, visitando muchas de ellas, manteniendo entrevistas con el profesorado y teniendo reuniones de trabajo con diferentes órganos de coordinación docente y órganos de gobierno, que en la mayoría de los casos resultan extremadamente cordiales y constructivas ya que tienen la finalidad de alentar el debate pedagógico y el intercambio de opiniones. Todo este trabajo está orientado a mejorar el sistema educativo en general, el funcionamiento de los centros en particular y, singularmente, la educación y formación del alumnado con las máximas garantías en el desarrollo de sus capacidades y competencias.
  5. Si se considera que algún miembro del Servicio de Inspección de Andalucía pudiese tener actuaciones no ajustadas a derecho, deben ponerse inmediatamente en conocimiento de la autoridad administrativa competente para que actúe en consecuencia iniciando los procedimientos necesarios y depurando las responsabilidades que correspondan si las hubiere. ADIDE Andalucía es la primera interesada en evitar que se pueda producir cualquier actuación al margen de lo establecido en la norma y siempre dentro de los parámetros de una estricta ética profesional.
  6. Por ello, denunciamos por cobardes, inapropiadas, injustas y demagógicas las descalificaciones genéricas que de la actuación de la Inspección de Educación de Andalucía se hacen desde estas organizaciones y que, en algunos casos, podrían ser constitutivas de delito por lo que esta Asociación, si procediera, emprenderá las acciones legales oportunas.


Juan Francisco Soto G.
Director del IES Lauretum
Tlf: 955622161 - Fax: 955622167
41008398.edu@juntadeandalucia
Espartinas - Sevilla

jueves, 6 de junio de 2013

LOMCE y reválidas: Ley Wert a examen

Dura solo 4 minutos pero refleja muy bien lo que vamos a tener en un futuro. 

Consulta de tribunales de Oposiciones 2013

RESOLUCIÓN de 27 de mayo de 2013, de la Dirección General de Gestión de Recursos Humanos, por la que se hace pública la composición de los tribunales, las comisiones de selección y las comisiones de baremación, la adscripción del personal aspirante a los tribunales, los lugares de actuación y la fecha del comienzo del procedimiento selectivo, convocado por Orden de 1 de abril de 2013.

 Aquí tenéis el enlace:
http://www.juntadeandalucia.es/educacion/educacion/nav/contenido.jsp?pag=/Contenidos/RRHH/OPOSICIONES/OPOSICIONES2013/res270513&vismenu=0,0,1,1,1,1,0,0,0