http://www.cuartopoder.es/tribuna/aulas-vacias-y-calles-llenas-por-la-educacion/3383
Estamos viviendo una semana de lucha contra los recortes y reformas
en la educación. El curso pasado el profesorado fue el centro de
gravedad de la movilización en varias comunidades como Madrid -con su
Marea Verde-, Castilla La Mancha, Galicia y otras. El profesorado, que
lleva más de un año manifestándose y perdiendo parte de su sueldo por
las jornadas de protesta, contó con el apoyo de familias y alumnado.
Pero estos días, los estudiantes y familias están protagonizando la
movilización. La protesta va a recorrer los diferentes niveles
educativos. Cuenta con el apoyo del profesorado que ha facilitado el
debate en muchos centros y que asistirá a las manifestaciones, que se
prevén masivas, del 18 de octubre.
Así pues, han cogido el relevo en la lucha por las mismas reivindicaciones los estudiantes ypadres en
contra de los recortes y la desinversión que se está produciendo en la
enseñanza pública, el aumento de ratios de alumnos por clase, la
supresión de decenas de miles de profesores, la reducción de becas,
ayudas a libros y a comedores escolares, el aumento de tasas, la
supresión de los programas de atención a la diversidad y de las clases
de apoyo y refuerzo, la subida del IVA, etc. Es decir, un ataque
generalizado a la calidad de la enseñanza y a una mínima igualdad de
oportunidades.
A la denuncia de los recortes hay que añadir el rechazo de la reforma (o contrarreforma) del ministro Wert,
que retrotrae al sistema educativo a la peor escuela del pasado con
reválidas continuas como auténticas carreras de obstáculos, la
segregación temprana que afectaría al alumnado de procedencia más
humilde, el empobrecimiento del currículo (a sumar, a leer y la historia verdadera, como acaba de decir Esperanza Aguirre,
que no se resigna a la gloria de la mediocridad de la ciudadana de a
pie), a la introducción de los criterios de competitividad entre centros
y a nuevas formas de gestión de éstos más autoritaria y sin
participación de la comunidad educativa. Vamos, reforzar las tendencias
privatizadoras y el desmantelamiento de lo público, al tiempo que se
refuerza el carácter reproductor del sistema desde la escuela.
La abundancia de motivos y la justeza de las reivindicaciones han
hecho que las huelgas y movilizaciones estudiantiles cuenten con
numerosos apoyos. Desde la Confederación Española de Asociaciones de
Padres y Madres (CEAPA), a CCOO, UGT, la Cumbre Social, el 15-M, IU o la
Plataforma Estatal en Defensa de la Escuela Pública, entre otras
asociaciones.
El desarrollo de la huelga convocada por el Sindicato de Estudiantes
en los institutos ha ido en aumento los dos primeros días (se sitúa en
el orden del 70%) y es de prever que alcance su cénit el tercero. Pero
lo más importante de estas movilizaciones es que se produce la primera
convocatoria de huelga de la confederación de familias, CEAPA,
mayoritaria en la escuela pública desde hace treinta años y con
representación en más de 11.000 AMPAS en todo el país. Esta huelga
histórica de padres y madres pretende vaciar los centros educativos este
jueves y así demostrar al Gobierno el hartazgo de las familias por los
recortes y del ataque continuado al servicio público educativo.
La convocatoria ha puesto de los nervios al ministro Wert que, fiel a su estilo de echarse amigos,ha llegado a decir que la huelga es de un contenido político extremista, de radicales y antisistema.
Ello ha dado lugar a una enganchada con las familias, cuya repuesta ha
sido contundente: son padres y madres muy preocupados con la educación y
el futuro de sus hijos, que piden que le cesen como la única solución
ante un ministro que ha perdido el norte hace mucho tiempo.
Así las cosas, no cabe ninguna duda que las manifestaciones
convocadas para el jueves 18 de octubre en las principales ciudades
españolas serán un éxito de asistencia. No sólo por la participación de
alumnos, familias y profesorado, sino también de ciudadanos, en general,
que tienen conciencia de que la educación es un bien público con el que
no se debe de jugar porque hipotecamos a varias generaciones. También
es la oportunidad de clamar en las calles por la dimisión del peor
ministro de Educación que ha existido en este país.
En el horizonte de futuro quedan emplazadas nuevas movilizaciones.
Para reforzar su contundencia y amplitud hay que resolver algunos
problemas como la unidad de las organizaciones estudiantiles, con
diferentes niveles de representación en enseñanzas medias y en
universidad. En este sentido, se anuncia un amplio encuentro en toda la comunidad educativa a finales de noviembre en Barcelona.
Hubiera estado bien que el profesorado de la educación acompañase en la
huelga al alumnado y familias esta semana, no ha sido así, pero en
futuras citas no puede faltar. Ello, independientemente de la
perspectiva de Huelga General para el 14 de noviembre en España,
Portugal, Grecia… y de movilizaciones en otros países del sur de Europa.
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